Washington.
La renuncia del general James Mattis como secretario de Defensa de Estados Unidos ha provocado ansiedad e incertidumbre dentro del país y entre los aliados de Washington, quienes temen que su salida permita al presidente Donald Trump dar rienda suelta a sus peores instintos.
La Casa Blanca insistió ayer a través de su portavoz, Sarah Sanders, en que el general James Mattis hizo “lo correcto” al presentar su dimisión como jefe del Pentágono, después de meses de diferencias con Trump, y un día después de que se anunciara el repliegue de las tropas estadounidenses de Siria.
En tanto, los aliados de EUA reaccionaron con sorpresa a la salida de Mattis.
El presidente del Bundestag alemán, Norbert Röttgen, consideró que “el mundo debe prepararse para unas políticas de Trump aún más desenfrenadas”.
En su carta de renuncia, Mattis hizo una férrea defensa del sistema de alianzas de Estados Unidos en el mundo y opinó que Washington debe “tratar a sus aliados con respecto”, así como ser “resuelto e inequívoco” en la forma en que lidia con China y Rusia.
El Gobierno francés, muy activo en el conflicto en Siria, lamentó la salida de Mattis y cuestionó las palabras de Trump sobre la derrota del grupo Estado Islámico (Isis) en Siria.