Río de Janeiro, BrasilSimone Biles, nueva campeona olímpica de gimnasia, representa la quintaesencia de este deporte: cuando entra en la sala, lo hace para ser la número uno.
Entre ella y la perfección no hay ningún filtro.
Los títulos por equipos e individual que ya ha ganado en Río, a los que puede sumar otros tres en las finales por aparatos, completan un trienio glorioso, que comenzó en 2013.
En ese año, a los 16, debutó como internacional y ganó en Amberes su primer título mundial.
RetoSi Biles no sucumbe a la trituradora de gimnastas de EUA, será un nuevo mito de este deporte.
Siguieron luego dos más, en 2014 y 2015, una racha nunca lograda por nadie.
Tres veces consecutivas campeona del mundo, el título olímpico era cuestión de tiempo.
Su propio sello.
No hay ejercicio de suelo más complicado que el de la americana que, además, ha logrado introducir en el código una acrobacia que lleva su nombre, uno de los mayores honores que puede recibir un gimnasta y que solo logran los que realizan el elemento en una gran competición oficial.
El Biles es un doble en plancha que termina con medio giro antes de aterrizar a ciegas (y casi siempre con una sonrisa) sobre el tapiz.
Biles es la reina de la dificultad.
No solo domina el Amanar en potro, un salto que obliga a dar dos piruetas y media antes de aterrizar en la colchoneta y que está entre los más arriesgados del mundo, sino que cuenta con otro de igual dificultad en su repertorio; ha añadido medio giro a su mortal adelante en la barra y solo en las paralelas asimétricas, el hueso de todo el equipo estadounidense, la pequeña y explosiva gimnasta no está entre las candidatas a medalla.
La joven protagonizó uno de los momentos más emotivos al conocer al actor Zac Efron en Río.
DesafíoBiles ya tiene reto: aguantar un nuevo ciclo y convertirse en la tercera mujer en la historia que revalida el oro olímpico, algo que no consiguió ni siquiera Nadia Comaneci, campeona en 1976 pero subcampeona en 1980.
Sí lo habían hecho la soviética Larisa Latynina (1956 y 1960) y la checa Vera Caslavska (1964 y 1968).
La biografía de Biles se acopla perfectamente al modelo del sueño americano: Biles tenía sólo tres años cuando los servicios sociales de Columbus, Ohio, tuvieron que intervenir para rescatar a cuatro hijos de Shanon Biles, que estaba inmersa en la droga y el alcoholismo.
Las autoridades quitaron a la madre la custodia de sus niños y se la dieron a los abuelos de la menor.
Biles comenzó a practicar la gimnasia en Texas a los 6 años de edad.
Alguien adivinó su talento y la encaminó hacia un entrenamiento serio.
En 2012, Biles abandonó la escuela pública y continuó en casa sus estudios de bachillerato, para dedicar así más tiempo a la gimnasia.
Esto le permitió aumentar su entrenamiento de 20 a 32 horas a la semana.
Ahora ya suma, entre las distintas disciplinas, diez títulos mundiales y dos olímpicos.
Cuatro de cinco.
Solo se le escapó la barra, donde alcanzó un bronce.
Pese a ello, no hay en Río nadie que se le acerque.
“No soy el próximo Usain Bolt o Michael Phelps, soy la primera Simone Biles”, reivindicó.
Palabra de reina.