Washington, Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Barack Obama, recién llegado de sus vacaciones, se dirige este martes a Luisiana, donde espera silenciar las críticas por no haber ido antes a apoyar a la población de este estado del sur afectado por históricas inundaciones.
Cuando a mediados de agosto lluvias torrenciales se abatieron sobre Luisiana, dejando en unas pocas horas al menos 13 muertos y cuantiosos daños materiales, Obama se encontraba en Martha's Vineyard (noreste) para pasar dos semanas de vacaciones en familia.
El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, visitó el viernes a las víctimas y lanzó: "Francamente, Obama debería dejar el campo de golf y venir aquí".
Pero la alusión del multimillonario republicano "obviamente no es" la razón por la cual el presidente decidió ir al lugar, aseguró este lunes su portavoz, Josh Earnest.
El ejecutivo ha respondido de forma "eficaz", afirmó Earnest.
"En eso ha estado enfocado el presidente, en la respuesta dada en el terreno y el destino de los habitantes de Luisiana cuyas vidas han sido perturbadas por estas terribles inundaciones".
Lea más: Tormenta tropical Gastón puede convertirse en huracán en el AtlánticoLa FEMA, la agencia federal encargada de las operaciones de rescate, señaló que hasta 79 centímetros de lluvia cayeron en algunos lugares en este estado costero particularmente pantanoso situado en la desembocadura del Misisipi.
Al menos 86.
000 personas se registraron para solicitar ayuda federal para hacer frente a los daños causados por las inundaciones, que hicieron rebrotar los dramáticos recuerdos del huracán Katrina, que golpeó duramente ese estado y dejó