Washington, EUA.
Donald Trump ha provocado la mayor conmoción desde su investidura.
Su decisión de cerrar las fronteras a todos los refugiados y ciudadanos de siete países musulmanes ha desatado indignación mundial y cientos de protestas en aeropuertos de las grandes ciudades que sembraron el caos ayer en los Estados Unidos, a nueve días de la llegada del nuevo presidente.
“¡Los refugiados son bienvenidos!”, vociferaban unas 10,000 personas en un parque neoyorquino con vista a la Estatua de la Libertad, símbolo de la llegada de inmigrantes al país desde 1886.
Boston, Washington, Los Ángeles y otras grandes ciudades de EUA volvieron ayer a ser escenario de importantes protestas contra la polémica orden sobre inmigración de Trump.
Las manifestaciones contra Trump se multiplicaron en aeropuertos de varias ciudades.
Más de un centenar de pasajeros quedaron retenidos por el decreto.
Varios legisladores demócratas se unieron a la protesta y el alcalde Bill de Blasio consideró que el decreto “es el comienzo de la degradación de las libertades civiles y los derechos constitucionales”.
Trump salió a defender su decreto, que restringe la entrada a EUA durante 90 días a ciudadanos de siete países musulmanes: Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, afirmando que no apunta a los musulmanes luego de que una jueza federal de Nueva York impidiera el sábado al gobierno deportar a los retenidos.
Para ser claro, no se trata de una prohibición que apunte a los musulmanes, como los medios informan falsamente (.
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) Esto no tiene nada que ver con la religión, se trata de terrorismo y de la seguridad del país.
Donald TrumpAl menos 109 personas fueron detenidas desde el viernes a su llegada a Estados Unidos, aunque tuvieran una visa válida.
La juez federal suspendió la aplicación en todo el país de una parte del decreto, ahora el Gobierno de Trump debe admitir a aquellos inmigrantes y refugiados con documentos en regla que ya estuvieran en el aeropuerto y a quienes la firma del decreto hubiera encontrado de camino a EUA.
Desafío.
El decreto, sin embargo, sigue en vigor y aquellos que aún no hubieran iniciado el viaje no podrán cruzar la frontera estadounidense, indicó ayer el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
“Las órdenes ejecutivas de Trump siguen en vigor.
La prohibición de viajar se mantiene y el Gobierno de EUA conserva su derecho de revocar visados si así lo requiere la seguridad nacional”, afirmó el DHS.
“Aplicaremos todos los decretos del presidente de manera que garantice la seguridad de todo el pueblo americano”.
Dick Cheney: “prohibir toda una religión va en contra de todo lo que defendemos y creemos".
Todo apunta a que será la justicia la que decida la suerte del decreto.
“Esto acabará probablemente ante la Corte Suprema”, dijo Anthony Romero, director de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).
El gobierno tendrá que defenderse también de una acusación de discriminación religiosa.
Tras el periodo de 120 días, el decreto afirma que dará prioridad a los refugiados perseguidos a causa de su religión, una frase que apunta implícitamente a proteger a los cristianos de Siria y de Irak.
Además, en el mundo las aerolíneas rehúsan embarcar a los ciudadanos de los siete países alcanzados por el decreto aunque posean una visa en regla.
El Gobierno del magnate anunció ayer que la nueva administración quiere establecer una política de inmigración para evitar en Estados Unidos atentados como los que golpearon a Francia, Alemania y Bélgica en los últimos dos años, dijo ayer un alto responsable del Gobierno.