San Pedro Sula, HondurasAnderson Ariel Castro Vásquez (de 6 años) murió cuando la humilde casa en que se encontraba solo con sus dos hermanitos de 2 y 4 años de edad se quemó en la aldea Montefresco de Victoria, Yoro.
Los dos hermanitos de Anderson que también resultaron con quemaduras en varias partes de sus cuerpos están en recuperación en el hospital Mario Rivas.
El incendio ocurrió a las 11:00 am del jueves 30 de marzo cuando los tres niños estaban solos y sus padres cortaban café en una de las fincas de la zona.
Kenia Xiomara, madre de los pequeños, confesó que siempre han dejado a los niños solos porque tienen que trabajar para llevarles comida.
Manifestó que al parecer Anderson Ariel tomó los fósforos y cree que eso pudo haber causado el fuego en un colchón.
Según lo que le contaron a Kenia Xiomara, un vecino que iba pasando por la casa escuchó los gritos de los niños y pudo rescatarlos de las llamaradas.
Anderson Ariel era el que tenía más quemaduras en el cuerpo.
Los padres trasladaron a los tres menores al hospital sampedrano ayudados por vecinos.
Según autoridades del hospital, Anderson Ariel llegó muerto al centro asistencial, por lo que fue llevado a la morgue del centro asistencial.
Desde el jueves, el cuerpo del infortunado menor estuvo en la morgue del hospital hasta ayer que la Fiscalía, el forense y agentes de Investigación llegaron al reconocimiento del cadáver.
El Ministerio Público no había recibido ningún reporte de que el niño estaba muerto y las autoridades del hospital indicaron que no sabían por qué el cuerpo quedó en la morgue.
Kenia Xiomara y su esposo José Santos Castro solo decían que no les daban el niño porque no tenían dinero para comprar al ataúd, pero al indagar en el hospital era que nadie los había orientado sobre el trámite que debían hacer para que llegaran Medicina Forense y los fiscales.
Ayer a las doce del mediodía, el fiscal de turno levantó actas en el hospital y tomó declaraciones para verificar que había pasado desde que los padres llegaron con sus hijos quemados a la sala de emergencia pediátrica del hospital Mario Rivas.
Otro de los problemas a que se enfrentarán ahora los padre del niño muerto es que como nunca registraron legalmente a sus hijos no hay forma de demostrar la identificación del menor.
Según los forenses, la única forma es con las pruebas de ADN, las cuales tardarían más de cinco meses como suele ocurrir en muchos casos.
La madre de escasos recursos permanece con sus dos hijos quemados de 2 y 4 años en la sala de pediatría del hospital a espera de manos solidarias, pues sus hijos requieren de medicamentos, así como de ropa y pañales, pues todo se les quemó en la alejada aldea de Yoro.