Tegucigalpa, Honduras.
“Cuánto hice por él, pero nunca me hizo caso”, lamentó con un llanto suave, pero extenso una madre mientras esperaba el cadáver de su hijo menor de edad en las afueras de la morgue del Ministerio Público.
El aún adolescente respondía al nombre de Yonny Javier Hernández Suazo (de 17 años), quien junto con su amigo Mario Edgardo Obando Lara (de 20), fueron encontrados muertos a disparos ayer al norte de la ciudad.
El hallazgo de los dos cuerpos sin vida se dio en la colonia Arturo Quezada, a las 2:15 am de ayer, en una calle de tierra hacia la colonia Nueva España.
“Lo vi por última vez a las 5:00 de la tarde, salió de la casa, pero nunca me decía para dónde iba”.