Washington, Estados Unidos.
El fiscal general de EUA, Jeff Sessions, aseguró ayer que la meta de su Gobierno no es expulsar a los jóvenes indocumentados, conocidos como “dreamers” (soñadores) y protegidos de la deportación por el programa de Acción Diferida (DACA), proclamado en 2012 por el expresidente Barack Obama.
En una entrevista con Fox, Sessions reiteró la posición oficial del Ejecutivo y aseguró desconocer la razón por la que fue deportado el 20 de febrero el joven de origen mexicano Juan Manuel Montes Bojorquez, quien el martes interpuso una demanda contra el Gobierno para solicitar información sobre su expulsión.
El caso de este joven ha ganado gran popularidad porque diferentes organizaciones, como el Centro Nacional para Leyes de Inmigración (NILC), aseguran que es la primera vez que el Gobierno de Donald Trump deporta a uno de los jóvenes indocumentados que se beneficiaron de DACA.
La versión de las oenegés contrasta con la de la Oficina de Protección de Aduanas y Fronteras (CBP), que asegura que Montes perdió la protección de DACA al abandonar el país sin una autorización, viajar a México y luego tratar de volver a entrar en EUA de manera irregular.
Montes Bojorquez, además, fue condenado por hurto en julio de 2016, según dijo a Efe un alto funcionario de la CBP, que pidió el anonimato.
Sin tanto detalle, Sessions aseguró que los principales objetivos del Gobierno son acabar con la “ilegalidad de la frontera”, controlar la inmigración irregular y deportar a los inmigrantes que han cometido crímenes y que tienen órdenes de deportación, pero siguen viviendo en EUA.
“Los beneficiarios de DACA no son un objetivo.
No sé por qué se aprehendió a este individuo”, subrayó Sessions.
Desde la llegada de Trump al poder se han deportado 21,362 indocumentados de los cuales 5,441 no tenían ningún tipo de record criminal, según los propios reportes de ICE.