Rusia.
Transcurre el año 1987 y Zoya Tuganova da a luz a su hija en el hospital de Cheliábinsk, en el sur de Rusia -antes Unión Soviética- su hija duerme en la otra sala.
A la mañana siguiente, las enfermeras le entregan a otra niña.
Zoya expresó sus dudas e hizo reclamos pero los médicos la evadieron, le aseguraron que era su hija y hasta le dijeron que estaba loca.
"Mi hija, al nacer, tenía pelo lacio, piel muy blanca y ojos grandes.
Cuando me la trajeron al día siguiente, parecía otra niña", dijo Tuganova .
Esta mujer formó junto con su marido a una mujer a la que llamaron Katya y la bautizaron como hija, sin embargo, mantuvo las dudas sobre si esa niña era en realidad su hija.
Harta de tragarse ese dolor, decidió investigarlo tiempo después de la muerte de su esposo.
Un día vio en televisión un programa en la que mostraban un caso de niños que habían sido criados por padres equivocados.
La mujer posa junto con su hija verdadera -llamada Lucía- quien ya tiene tres hijos.
"Empecé a llorar sin parar", dijo la afectada.
Junto con su hija Katya investigó y resvió en archivos hospitalarios de su ciudad hasta que encontraron a Lucía.
Lucía, su verdadera hija, había sido formada por una mujer llamada Elvira Tuligenova hasta los 13 años.
Aquella madre de crianza falleció por alcoholismo y su padre fue apresado por asesinato.
Lucía pidió limosna en las calles para sobrevivir hasta que fue trasladada a un orfanato, cuenta el diario británico The Mirror.
Los resultados de los exámenes de ADN confirmaron que Lucía era la hija que había parido Zoya hace 30 años.
Zoya logró reconstruir su historia y ahora se siente feliz como madre de ambas y la abuela de cuatro nietos, uno de Katya y tres de Lucía.
Esta mujer ahora prepara una demanda al hospital de Cheliábinsk por unos 52 mil dólares.
Zoya y su marido ya fallecido.