Charlotte, Estados Unidos.
Manifestantes que lanzan proyectiles, la Policía antidisturbios que responde con gases lacrimógenos, y de repente una detonación y un hombre que cae: la ciudad estadounidense de Charlotte vivió el martes otra noche de enfrentamientos violentos tras la muerte de un hombre negro a manos de la Policía.
Con el ruido, algunos huyen corriendo.
Un fotógrafo de AFP vio caer al hombre a dos metros de donde se encontraba.
Imposible decir quién disparó, pero por unos momentos la violencia cesa mientras policías y manifestantes ayudan a trasladar al hombre herido de un balazo fuera de la zona de peligro.
La noche había comenzado en calma, con una vigilia en memoria de Keith Scott (43), un negro abatido el martes por un policía en circunstancias controvertidas.
Varias familias habían llevado incluso a sus hijos a la protesta.
Pero la atmósfera cambió cuando la marcha llegó ante la sede central de la Policía.
Un manifestante arranca la bandera estadounidense de su mástil, mientras otros golpean violentamente las puertas del edificio al grito de “¡Sin justicia no hay paz!” y “¡Abajo la Policía!”.
Decretan estado de emergencia en Charlotte tras violentas protestas Protestaron por lo que consideran violencia racial.
Cuando a unos metros de allí se encuentran con policías antidisturbios que bloquean la calle, los manifestantes ya están enfurecidos.
La violencia aumenta y pronto los manifestantes -claramente más numerosos que los policías- se apoderan de la calle, patean los autos policiales, rompen escaparates y obligan a los agentes a refugiarse en el hall de un hotel.
Cuando los protestantes intentan, sin éxito, ingresar allí, la Policía logra establecer un perímetro de seguridad alrededor del hotel, y cuando los inconformes se acercan demasiado o llueven los proyectiles, la Policía responde con gas lacrimógeno y balas de goma.
Al final de la jornada, las autoridades informan de 44 civiles detenidos y nueve heridos, uno de ellos en estado “crítico” tras recibir un disparo, caso que están investigando.
Ante la segunda noche de disturbios, el gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory, declara el estado de emergencia en Charlotte.
Por su parte la alcaldesa de Charlotte, Jennifer Roberts, y el jefe de Policía, Kerr Putney, informan que contarán con nuevos refuerzos para evitar más incidentes violentos.
Entre esos refuerzos está la Guardia Nacional así como agentes de la Patrulla de Tráfico estatal.
La alcaldesa Jennifer Roberts ha pedido calma y diálogo.