Tegucigalpa, Honduras.
Investigan si el incendio que destruyó el hábitat de codornices, colibríes, tacuacines, tepezcuintes y miles de pinos fue provocado por mano criminal.
El Ministerio Público efectúa las investigaciones para capturar a los pirómanos.
Piden colaboración brindando fotos o videos de los responsables del incendio.
La investigación será apoyada con un informe técnico del Cuerpo de Bomberos.
Las llamas afectaron zonas de El Hatillo, residencial Los Tres Hermanos, el área cercana al Restaurante La Cumbre, la residencia del embajador de Japón, Villas de San Antonio y El Mirador de la capital.
El siniestro comenzó el miércoles a las 10:00 am cerca de una pista de motocross frente a la colonia El Sitio, al este de la capital, y se extendió hasta la zona de El Hatillo, El Picacho y La Tigra.
Ayer, en horas de la tarde se logró extinguir el último foco de incendio.
El portavoz del Cuerpo de Bomberos, capitán Óscar Triminio, refirió que debido a lo agreste de la zona hubo complicaciones para el abastecimiento de agua, la falta de caminos de penetración para meter el equipo motorizado y la oscuridad limitó dar una respuesta más rápida para controlar la conflagración.
Una aeronave Bell-412 de la FAH suelta el agua sobre las llamas.
Combatientes de las diferentes instituciones que forman el Comité Nacional de Protección Forestal (Conaprofor) se colocaron en unos ocho diferentes puntos realizando labores de rondas cortafuegos, combate directo contra fuego.
Más de 40 casas estuvieron en la franja del fuego.
A la zona se desplazaron 32 vehículos cisternas y en el lugar se brindaron 264 atenciones prehospitalarias.
Por su parte, más de 100 elementos de las Fuerzas Armadas acudieron al lugar para sofocar las llamas.
Anoche, Copeco hacía labores de medición con la Unidad de Medioambiental para registrar los niveles de calidad del aire.
CombateLa mañana de ayer fue caótica debido a que la dirección del viento y las altas temperaturas no fueron favorables, fue necesaria la utilización de helicópteros.
Cuatro aeronaves equipadas con dispositivos externos denominados “Bambi Bucket” participaron en la labor de apagar el voraz incendio.
Desde lo alto fueron lanzadas las descargas de agua que transportaban los helicópteros para sofocar las llamas en los sectores de El Hatillo, El Chimbo y El Picacho.
De la represa Los Laureles fue sustraída el agua para apagar las llamas.
En la operación se utilizaron cuatro helicópteros, un Bell-412 y un UH-1H de la FAH; un Black Hawk y un Chinook de la Fuerza de Tarea de Conjunta Bravo de Estados Unidos.
La labor se extendió por seis horas continuas.
En la zona se realizaron 32 descargas de agua, con ayuda de la FAH, los que en total trasladaron 12,800 galones del vital líquido para lanzarlos desde el cielo.
Mientras que con ayuda de los elementos de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo se lanzaron 800 galones de agua en cada viaje, por cada helicóptero.
Pablo Herrera, teniente coronel de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), calificó de “alto riesgo” el participar en las labores para apagar el fuego.
El oficial detalló que la tripulación de la aeronave compuesta por el piloto, copiloto y dos mecánicos, requieren de “máxima concentración” en este tipo de acciones.
“La concentración inicia desde que se sustrae el agua del embalse, ya que en este momento es cuando el helicóptero requiere de mayor potencia”, dijo Herrera.
RecompensaLa Secretaría de Seguridad ofreció ayer una recompensa de 250,000 lempiras para quien brinde información sobre quién provocó el incendio Las denuncias serán recibidas de manera confidencial, a través Sistema Nacional de Emergencias 911 y la línea 116 del Comité Nacional de Protección Forestal.
El presidente Juan Orlando Hernández dijo: “Hay que encontrar al culpable y llevarlo a la justicia.
Esto no puede seguir, no tiene nombre, es una tragedia que hasta pudo provocar muertes”.
Hernández felicitó a la Fuerza Aérea, Bomberos y Copeco, por la ardua labor realizada para controlar el incendio.